¿Quién debe realmente «superarse»?

¿Qué opinas de las historias de superación?

Siempre tuve sentimientos encontrados en relación a las historias de superación, en particular cuando el protagonista pertenece a un colectivo al que la sociedad no integra de forma natural y justa.
Pensando concretamente en nosotros, en quienes pertenecemos a la comunidad de la llamada discapacidad (uso esta expresión porque la etiqueta «discapacidad» viene originalmente de afuera), muchas veces vemos este tipo de historias donde alguien se supera, se sobrepone o vence a una discapacidad, para ser aceptado y recibido por el mundo del capacitismo (es decir, por quienes creen que son universalmente «capaces»).
La sensación que personalmente me queda con este tipo de historias, es la de estar presenciando una gran injusticia; injusticia que creo que además deja un residuo no muy bueno.
En este punto quiero que quede algo diáfanamente claro: admiro profundamente y sin límite a quienes enfrentan un obstáculo estructural en sus vidas y no se dejan doblegar o minimizar por él: quienes hacen esto, no sólo son inmensamente respetables y dignos de reconocimiento, sino que son verdaderas fuerzas de la Naturaleza que llevan consigo la esencia primera de la vida, que es la de seguir siempre adelante.
La injusticia de la que hablaba, es la que ejerce el resto de la sociedad al pedir más o menos tácitamente que exista esa superación.
Siento que muchos creen que hasta que esta no se da, esa persona no es ya digna de respeto por el solo hecho de ser una persona, de existir.
Pareciera que desde el capacitismo la sociedad le exige a la persona con discapacidad «que se supere», donde superarse significa que se parezca lo máximo posible al resto, a los «capaces»…
Por todo esto prefiero las historias de desarrollo a las de superación, porque desarrollarse significa ser cada vez más uno mismo, mejor, pero siendo siempre quien se es, mientras que la superación implica pasar a otro estadio, uno mejor, y en estos casos esto quiere decir más parecido a una sociedad que no da lugar, que no respeta a todo el mundo, que discrimina. No sé realmente si quiero parecerme más a eso, si quiero ser uno más dentro del grupo de los súper capaces…

Más arriba decía que las historias de superación dejaban un residuo negativo.
Este residuo es la noción de que se debe dejar de ser como se es, para ser más o mejor. Y en relación a esto estoy definitivamente en contra.
Una persona que se mueve en silla de ruedas, lee en braile o se comunica por el lenguaje de signos, no tiene que darle explicaciones de ningún tipo a quienes caminan, pueden ver fotografías o escuchan los diálogos de las películas. No tienen que parecerse a quienes con tanta regularidad discriminan, ignoran o se incomodan ante alguien diferente.
Simplemente, como cualquier otra persona, merecen desarrollarse, ser reconocidas y respetadas en su identidad, y en última instancia, ser felices según lo que para cada uno esto signifique.

Entonces, si más o menos estamos de acuerdo con estas cosas, ¿no es la sociedad del capacitismo la que debe superarse a sí misma?

(Imagen destacada de Nathan Anderson on Unsplash)

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