Si fueras un dinosaurio y residieras en Berlín, esta sería tu casa…
El Museo de Historia Natural de Berlín (para decirlo lo más sintéticamente posible, porque en realidad se llama Museo de Historia Natural – Instituto Leibniz para la Investigación sobre la Evolución y la Biodiversidad), representa una de las visitas más acertadas y recomendables para hacerla en familia.
Fundado en 1810 y en esta sede actual desde 1889, posee colecciones muy importantes de mineralogía, paleontología y zoología, lo que significa que verás una cantidad de rocas rarísimas y asombrosas, esqueletos completos de dinosaurios enormes y muchísimos animales de muy variadas especies.
Especialmente recomendable (bueno, todo aquí es recomendable), es la inmensa colección de peces, arañas, cangrejos, reptiles y mamíferos en frascos con formol, que llega a la impactante cantidad de 50.000, con una antigüedad de hasta 240 años.
La iluminación de este espacio es genial, quedando casi todo salvo los frascos en una penumbra que facilita la observación de los animales conservados.
Esta colección se encuentra en el ala este del museo, que durante la segunda guerra mundial fue prácticamente destruida.
Y hablando de destrucción, es evidente que los esqueletos de dinosaurios que encontramos en el hall central, han hecho lo imposible por llegar a conocerte: no sólo han sobrevivido eras hasta el presente -los esqueletos al menos-, sino que son prácticamente los únicos sobrevivientes de los bombardeos que sufriera el museo durante el conflicto bélico mundial: no puedes decir que estos muchachos no han hecho lo posible para que te encuentres con ellos…
El Museum für Naturkunde (déjanos decirlo en alemán, así parecemos gente de mundo), volvió a abrir en septiembre de 1945, sólo 14 días después de terminada la guerra.
Su accesibilidad arquitectónica es excelente, teniendo dos entradas dedicadas: una en el costado derecho (al llegar a ella tocamos un timbre a nivel y nos reciben desde el interior), y otra, con ascensor, en la parte posterior del edificio.
El visitante con tarjeta acreditativa (50% o más de discapacidad) accede a la tarifa reducida (5€ en el momento de nuestra visita), y su acompañante puede ingresar de forma gratuita.
Si tienes la Berlin Welcome Card (super recomendable para entrar a museos y para el transporte público que es muy accesible), te beneficiarás de un descuento (más información aquí).
El guardarropa, los baños y las áreas de exposición que no se encuentran en la planta baja, son accesibles mediante ascensor o elevador de escaleras, aunque la mayoría de las muestras se hallan en la planta baja.
Actualmente la exposición sobre el cosmos y el sistema solar es la única inaccesible, pero realmente el museo tiene tantas otras cosas que ofrecernos, que esto no representa un argumento para no visitarlo. Además, sus contenidos sí están disponibles en la planta baja para todos.
Cuando encontramos instalaciones que nos invitan ver a través de visores, o que plantean alguna forma de interacción específica y que no es posible para personas con movilidad reducida, los contenidos también se hallan duplicados en pantallas de acceso generalizado.
El museo provee sillas de ruedas y es posible concertar visitas especialmente diseñadas para personas ciegas (hay que dirigirse a este email para concretar este tipo de visitas: besucherservice@mfn.berlin). Este correo también puedes utilizarlo para consultas de cualquier tipo.
Toda la información sobre accesibilidad -en inglés-, está disponible aquí
Más información sobre la agenda de actividades del museo aquí (en inglés)